Los jóvenes eran alumnos de la carrera de Educación Física con Orientación a la Montaña de la Universidad del Comahue y fallecieron producto de un fatal accidente ocurrido en el cerro Ventana ubicado en la ciudad lacustre.
En el acto, se encontraban presentes el decano de la Universidad Nacional del Comahue de Bariloche, Víctor Humberto Báez; los ministros de Obras y Servicios Públicas, Carlos Valeri; de Educación y Derechos Humanos, Mónica Silva y de Gobierno, Luis Di Giácomo; el secretario General de la Gobernación, Matías Rulli; los legisladores Arabela Carreras, Silvia Paz, Leandro Lescano y Alfredo Martín; y el intendente de la ciudad, Gustavo Gennuso; los padres y familiares de los jóvenes fallecidos; docentes y alumnos de la Universidad; y maestros y alumnos de un grupo de niños de la Escuela Nº 329 del barrio Pilar, institución educativa apadrinada por la Universidad.
Las víctimas fatales fueron María Gimena López, Gimena Solange Padín, Antonio Humberto Díaz, Roberto Arturo Montero, Martín Sebastián Lemos, Paolo Jesús Machello, Adrián Mercado, Mario Sebastián Tapia, y Oscar Fabricio Vaccari.
El fatal accidente se produjo en las primeras horas de la tarde del 1 de septiembre de 2002, cuando un grupo de 15 estudiantes del profesorado de Educación Física con orientación en montaña realizaban una práctica, guiados por el profesor Andrés Lamuniere. Se produjo una avalancha que arrastró a los estudiantes, provocando la muerte de nueve de ellos y lesiones de distinta consideración a los restantes.
Este doloroso hecho llevó a que a lo largo de estos años se realizaran distintos actos y actividades en homenaje a su recuerdo. Como todos los años el Centro Regional Universitario Bariloche realizó un acto con el objeto de mantener viva la memoria, acompañar a familiares y amigos y rendirles un homenaje permanente.
La Universidad recuerda a aquellos estudiantes junto a la comunidad educativa de la Escuela Nº 329 del barrio El Pilar, con la cual realiza actividades a partir del padrinazgo asumido por la Universidad en 2013. Los inicios de esa relación surgen del rol solidario que ocupó la Escuela -y por su intermedio la comunidad del barrio El Pilar- durante las tareas de rescate de los estudiantes accidentados, conformándose como base de operaciones.